Entrevistamos a Walter Wendelin, quien fuera responsable político de la organización internacionalista vasca Askapena (Herriekiko Euskal Elkartasuna-Solidaridad Vasca con los Pueblos). El dirigente del Movimiento de Liberación Nacional Vasco compartió sus valoraciones respecto del conflicto con el Estado Español y de la estrategia de la Izquierda Abertzale en el contexto político actual.
Entrevista a Walter Wendelin, publicada en Boletín Digital de mayo de 2017 del Centro de Estudios para el Cambio Social (La Plata, Argentina).
Por: Francisco Vértiz y Santiago Liaudat.

E: ¿Cómo ve el momento político de Euskal Herria?
W.W.: Es un momento político no muy apto para la lírica ni para la épica. Hace seis años, más precisamente en el 2011, hubo un cambio estratégico de hondo calado en el cual conviene diferenciar lo que es la gestación de la estrategia que se ha ido desarrollando, del cambio estratégico en sí, y, luego, de la gestión de ese cambio estratégico. Son tres cuestiones muy diferentes. Si nos centramos en la gestación de ese cambio, o en el cambio en sí como análisis objetivo de este cambio estratégico, o en la gestión, es decir en cómo se utiliza ese cambio para fines incluso ajenos al mismo cambio. Por cambio estratégico de hondo calado me refiero a la decisión de la organización armada ETA de dejar las armas, de no seguir con la lucha armada, lo cual está muy claro tanto por sus dichos como por sus hechos. Frente a lo cual cabe señalar que el Estado español se niega a viabilizar esa decisión, es decir no acepta ni siquiera con condiciones mínimas de sentido común un desarme de la organización armada ETA, mínimamente dentro de los parámetros que se pueden manejar dentro de lo que la comunidad internacional reconoce como un proceso de desarme de las organizaciones armadas o guerrilleras.
Entonces el gobierno español ha demostrado claramente que no le interesa en absoluto un desarme normalizado para ir entrando en un proceso de paz. No le interesa el proceso de paz y lo único que le interesa es lograr una derrota militar de la organización por cuestiones electorales y políticas internas, incluso hay intereses económicos por detrás de esa falta de interés en un proceso de paz en el caso vasco.
El motivo del gobierno español de no aceptar un proceso normalizado de pacificación dentro de los marcos democráticos que existen en Europa evidencia que necesitan y han necesitado desde siempre del conflicto para mantener su propio poder. En otras palabras, sin el conflicto vasco quienes detentan el poder fáctico dentro del estado español probablemente hubieran perdido el poder para mantener la unidad de la “España una, grande y libre”.
E: ¿Qué opinión tiene de la estrategia de la izquierda abertzale (patriótica) frente a este contexto?
W.W.: Una parte de la Izquierda Abertazle (IA), la IA mas organizada, la que se ha mantenido con las riendas y con el propósito de ser la heredera de la IA, de los 50 años anteriores de lucha, ha entrado en una dinámica de manual, de intento en parte bastante iluso de utilizar el marco legal español existente exclusivamente no por el discurso sino por los recursos que se han invertido hasta ahora en los diferentes frentes para dar pasos adelante, en última instancia para conseguir el derecho de autodeterminación, planteando entre otras cosas un cambio de formulación de términos que desde el cambio de hondo calado ya no se habla del derecho de autodeterminación del pueblo vasco sino del derecho a decidir, que es una formulación mucho más light, con la cual se pretende aglutinar a sectores más amplios de la sociedad vasca que está compuesta por vascos independentistas, por otro lado una buena parte es un colchón de seguridad, que es parte de la alta burguesía vasca que se define como independentista pero que tiene muy poco interés en el independentismo y sectores unionistas de izquierda, de derecha y de extrema derecha.
E: ¿En esa idea de masificar la política, qué relación se plantea desde la izquierda abertzale con Podemos como nueva fuerza de izquierda en el Estado español?
W.W.: Eso tiene varias aristas. Por un lado coinciden lo que son las estrategias de lucha dentro del marco legal existente. Recordemos que Podemos defiende la constitución española y el marco legal existente, dice claramente de que no se necesitan muchos cambios en ese nivel dado que con la simple aplicación de las leyes y desde su interpretación más progresista se podría crear una España progresista dentro de ese marco. EH Bildu en ese sentido transmite con otras palabras, ya que históricamente tiene un recorrido muy diferente y mucho más largo, decenios de años, mientras que Podemos acaba de nacer, pero en eso desgraciadamente coinciden y ocupan el mismo espacio estratégico político. Eso les lleva a una competencia en el discurso y en vez de llevarlo, al menos hasta ahora, en dirección a una utilización de eufemismos, de indefiniciones de espacios generales para evitar herir sensibilidades de aquellos sectores de la población que quieren y pretenden aglutinar. Todo eso en ambos casos está basado en una idea de que hay que aglutinar a la población no en base a una concienciación y a una formación política e ideológica sino básicamente en base a la emocionalidad y por lo tanto a la propaganda y a la manipulación política pura y dura. Eso tácticamente tiene su explicación en que una concienciación de la población es mucho más larga y requiere mucho más tiempo y más recursos y es justamente el tiempo que no tenemos, hay que ganar a la derecha ya. Empíricamente vamos viendo que es un error grave porque nos estamos quedando sin formación ideológica, hemos entrado en un proceso de autoalienación de la militancia, y por lo tanto de autoidiotización de la IA hasta tal punto, que finalmente va a ser muy difícil de recuperar una formación ideológica como la que hubo hace unos años porque ese capital ideológico, político y organizativo nos lo hemos consumido. En el caso de Podemos, evidentemente nunca ha existido y por lo tanto no han consumido algo que antes tenían sino que directamente han entrado en esa estrategia de lucha política en el marco establecido y ahí hay una competencia cruel, no solo entre EH Bildu, Sortu, es decir la parte oficial de la IA y de Podemos sino que dentro de cada una de las organizaciones existen dos corrientes, una que intuye y ha visto más o menos claramente ese peligro y la otra que insiste en seguir la línea de la social democracia liberal y capitalista.
E: ¿Ud. piensa que ese problema y la generación de dos corrientes atraviesa tanto a la IA como a Podemos?
W.W.: A nivel de estrategia política coinciden, pero evidentemente a nivel de objetivos la IA todavía mantiene el planteamiento de la independencia mientras que Podemos claramente defiende la unidad de España.
E: ¿Pero no existe una diferencia en relación a como evalúan la constitución española y el proceso de la transición democrática?
W.W.: Actualmente a nivel de esa valoración ya no hay tanta diferencia, se han acercado mucho en ese relato lo cual es bastante peligroso para el trabajo dentro del movimiento popular porque es ese relato de la aceptación de la transición como algo a superar hoy en día, pero no una valoración como la que hacia la IA en otro momento, de que no se puede hablar de transición democrática española sino de que hay que hablar de traición democrática española, por parte primero de Santiago Carrillo y luego de Felipe González.
E: ¿Ud. piensa que esa posición se ha ido perdiendo?
W.W.: Esa posición por lógica se ha ido perdiendo por ese cambio en lo que es la forma de lucha y la estrategia de aceptar como espacio de lucha política principal, prioritario y casi exclusivo el marco demócrata español.
E: ¡Muchas gracias!
Last modified: 5 de noviembre de 2025





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